Al inicio de la pandemia los medios de comunicación tanto televisados como digitales, día a día fueron haciendo históricos sobre el avance de la pandemia a nivel mundial, y el público pudo ver como las cifras iban variando desde la comodidad de nuestro hogar. La pandemia del COVID-19 es comparada con la expansión de la gripe española que ocurrió en 1920, sin embargo, algo diferente ocurrió en 2020 con el avance de la tecnología no solo médica sino de las comunicaciones y del manejo de datos, ya que la información no se redujo a una curva de contagio sino que la data fue creciendo en tiempo real por países o áreas y se pudo contrastar con otra información en tiempo real que ya se generaba  antes de la pandemia como personas en un aeropuerto, cantidad de aglomeraciones, datos socioeconómicos, cantidad de hombres y mujeres, cantidad de personas en riesgo. Esta data no dio la ventaja de conocer el comportamiento del virus mucho más rápido ya que por ejemplo casi de inmediato se supo que el virus afectaba más a los adultos mayores y que en cierto porcentaje los hombres son más propensos a fallecer con el virus.  Inclusive hubo universidades y organizaciones que crearon plataformas en internet o aplicaciones para teléfonos que permiten saber el crecimiento de contagios al minuto, alertándonos de zonas con mayores contagios para evitarlas. Toda esta información fue conocida gracias a la cantidad de datos que se tenían a diario sobre contagios, recuperaciones y muertes y que al ser contrastada pudo ser interpretada por organismos permitiendo tomar decisiones a las autoridades de cada país.

El big data es un término que se define como un conjunto de datos ya sean organizados o no organizados que son recopilados a través dispositivos electrónicos,  su volumen, complejidad y velocidad de crecimiento los hacen difíciles de manejar por lo que se necesita herramientas digitales analíticas que permitan procesar y estructurar de manera que sea más digeribles para el ser humano y le permita usar la información de acuerdo a la situación, en este caso la pandemia. En definitiva, el big data es la información masiva pero lo que importa no es la cantidad de datos en sí, sino lo que se hace con ellos permitiendo a diferentes organizaciones ya sean privadas o públicas a tomar decisiones en innumerables aspectos como marketing, generación de proyecto, construcción de edificios,  contratación de personal, atención al cliente, etc

A través de un análisis de datos se puede tener una visión más amplia de todo el sistema de salud de un país como la cantidad de personal, hospitales, camas, la disponibilidad promedio de una casa de salud en tiempos normales, de igual forma la tasa de atención por médico, la tasa de fallecimiento por área, por hospital incluso por profesional médico. En conclusión, se tiene un esquema completo del funcionamiento del sistema de salud público incluyendo las debilidades y fortalezas y a partir de está información se puede predecir en cierta forma como va a enfrentar el tratamiento de pacientes, anticipar medidas en torno al equipamiento necesario para enfrentar la crisis

De igual forma, se tiene el tema social donde para manejar una situación sanitaria es imprescindible conocer a la población, es decir la cantidad de personas alrededor de un hospital y que tienen acceso al mismo, las personas que no tienen acceso a la salud, servicios básicos, las personas que trabajan, tienen su EPP, seguro de salud, localizar áreas con mayor cantidad de personas vulnerables, con personas de bajos recursos económicos donde su alimentación es restringida. Es decir, tener mapeada la información sobre la población es crucial en el control de la pandemia ya que con un conocimiento de la situación permite a las autoridades tomar decisiones restrictivas sobre la pandemia, creación de normativas para locales comerciales, protocolos de bioseguridad, enviar mayor personal de salud o de control a determinadas zonas. Además, con data de población por edad, se puede calcular los medicamentos, vacunas necesarias para cumplir la demanda en determinadas zonas.

Por otro lado, el control de epidemias a nivel mundial a lo largo de la historia se ha venido mejorando con la creación de modelos matemáticos que es un sistema matemático que tiene diferentes variables de entrada y de acuerdo al comportamiento de estas variables se puede observar cuál sería el desempeño de una curva de contagio por ejemplo, en síntesis un modelo matemático toma la información y nos da resultados probables de cómo se evolucionará la pandemia.

Además, la gran cantidad de data obtenida en tiempo real se puede conjugar con otras tecnologías a través de analíticas de datos digitales que manejan los datos y los organizan a lo que se conoce como inteligencia artificial.

En varios países el big data fue utilizado para mitigar los efectos de la pandemia por ejemplo en China en terminales de transporte, aeropuertos ya se tenían instalados sensores de temperatura lo que permite que si una persona con alta temperatura pasaba por el lugar era detenida para someterse a pruebas en caso de ser positiva podían alertar a pasajeros que estuvieron cerca de la persona contagiada sin embargo, esto implica que las autoridades tengan la información de la ubicación exacta de cada pasajero lo cual puede violar la privacidad de los usuarios. Si bien la privacidad en los países occidentales es un punto de inflexión en las políticas públicas, el correcto y ético uso de la información permite que sea verdaderamente útil en situaciones casi inéditas como esta y que nos permita planificar para otras situaciones mundiales posibles como desastres naturales o inclusive guerras.